Soldadura de componentes: Soldador manual o cautín
Lo podemos encontrar con el nombre soldador de lápiz, soldador eléctrico o cautín y su funcionamiento es muy sencillo. Cuando pasa corriente a través de un material de alta resistencia, se genera calor, el cual utilizaremos para fundir el estaño.
El soldador está compuesto por un cable eléctrico, una empuñadura aislante, una resistencia y una punta metálica. Esta última es intercambiable (existen diferentes tipos de puntas dependiendo del elemento que queramos soldar) y hecha principalmente de cobre, aunque en su capa más externa lleva un preestañado. Es muy importante mantener la punta del soldador limpia, ya sea con la esponja de caucho que suelen traer los propios soldadores o un estropajo de alambre adecuado para ello. Debemos tener cuidado y no utilizar ningún material abrasivo que pueda dañar la punta.
El funcionamiento es sencillo: el calor producido en la resistencia pasa a la punta metálica del soldador calentándola hasta que se llega a la temperatura indicada en la estación de soldadura, si es el caso, o hasta llegar a la temperatura de equilibrio.
Se suelen utilizar soldadores de una potencia reducida ya que se supone que vamos a soldar componentes bastante delicados. Suelen estar entre 15 W y 30 W y alcanzar temperaturas de hasta 500 °C, aunque nosotros indicaremos en la estación 400 °C. Como ya vimos con anterioridad, el tipo estaño que vamos a utilizar (60% estaño y 40 % de plomo) empieza a fundir a 183 °C en condiciones óptimas, entonces ¿por qué poner el soldador a 400 °C? Bien, la explicación es bien sencilla: la temperatura que indica la estación es la que se produce de manera interna en la resistencia y no la que llega a la punta del soldador, pues puede llegar a haber pérdidas de temperatura de hasta un 70 % en la transmisión del calor.
